Aprendiendo a decir no (Ponte límites)
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Creo que no
digo nada descabellado al afirmar que la mayoría de las personas no saben decir
que no. Por lo general, nosotros como personas, queremos complacer siempre a
los demás, aun anteponiendo las prioridades de ellas a las nuestras mismas.
Queremos ser
generosos y ayudar a los demás, pero también tenemos que cuidar lo único que no
podemos recuperar: nuestro tiempo.
Y es que muchas veces no nos sabemos marcar unos límites propios, construir una barrera en lugar de acceder a todo lo que nos traigan.
Aunque pueda ser que al principio pueda
causarte malestar o ansiedad, poco a poco conseguirás dominar el arte de decir
NO. Esto será un principio clave para poder mejorar nuestra productividad y
nuestras relaciones interpersonales.
¿Por
qué nos cuesta decir que No algunas veces?
Existen algunos
factores que podemos considerar como principales y que siempre aparecen cuando
deseamos colocar límites ante algunas peticiones. Son varias las ideas que
damos por sentadas que debemos sacar de nuestra mente para seguir adelante.
Tenemos las siguientes:
El miedo y el sentimiento de culpabilidad
Pensar que tenemos responsabilidad por todo
Darle mayor importancia al qué dirán que a sus propios motivos
¿Cómo
podemos decir que No, o poner límites, de buenas maneras?
Aquí
encontrarás tres formas fáciles, rápidas y sencillas para que podamos empezar a
entrenarnos en decir que NO:
1.-No responder de inmediato. Esto significa tomarse todo el tiempo necesario para reflexionar, así sea solo una pausa o un par de horas. Muchas veces respondemos en automático, incluso sobre situaciones de las que no tenemos seguridad de poder cumplir.
2.-Entrénate en pequeñas cosas. Empezar a
practicar el decir que NO en cosas muy pequeñas para, gradualmente, adquirir
confianza y seguridad ante situaciones mayores. Un ejemplo frecuente es cuando
recibimos una invitación a una fiesta a la que, de antemano, sabíamos que no
teníamos ganas ir.
Beneficios
de saber decir no
El saber decir no, tiene una serie de beneficios que debemos considerar como motivadores fundamentales para comenzar a poner en marcha esta estrategia asertiva.
Más tiempo libre para dedicarle a lo que realmente más importa.
Tomar decisiones propias.
Forjar un carácter más fuerte
Reduce el estrés.
Evitar la manipulación.
Es hora de que
pienses qué quieres hacer con esto: deseas decir que sí, postergando tu
verdadero deseo y sosteniendo una imagen ficticia todo el tiempo ante los
demás, o eliges empezar de a poco, paso a paso, con pequeños cambios
microscópicos, para decir que NO y obtener así un gran beneficio en nuestra
vida: mayor libertad personal.