La vida diaria nos exige establecer diálogos con otras personas, ya sea en el estudio, el trabajo o en otro tipo de actividades en las cuales es normal relacionarnos. Aunque el dialogo se produce en los seres humanos de una forma espontánea, no siempre el proceso comunicativo se logra con eficacia. Los ritmos de vida y las presiones sociales nos hacen menos pacientes y cada vez más concentrados y abocados a nuestra individualidad, en este episodio veremos él porque es siempre mejor dialogar.¿Qué es el dialogo?

El diálogo es la forma de comunicación por excelencia mediante la cual se logra entendimiento entre los que participan. Hoy en día se ha convertido en una herramienta con la capacidad de construir paz, democracia y justicia.

Ventajas del dialogo

El diálogo es uno de los elementos de comunicación que activa los vínculos en todo tipo de relación.

Saber dialogar nos ayuda a crear un ambiente que fomenta la confianza y promueve la comunicación satisfactoria a través de una actitud de respeto y valorización de las diferentes posiciones.

Dialogar nos facilita:

Conocer el punto de vista del otro te permite observar desde la perspectiva de una posición que es diferente a la tuya. Si no mantienes este diálogo, te quedas solo con tu monólogo.

Aprender a comunicar facilitará el diálogo. El comportamiento no verbal acompaña y enfatiza el comportamiento verbal, pero cuando no son congruentes tendemos a dar valor y prioridad a la expresión facial, a la postura, la mirada o el gesto.

Damos más credibilidad a lo que vemos que a lo que oímos, por eso siempre es importante cuidar las formas con las que transmitimos porque supone implicar o no a las personas que nos escuchan.

El diálogo favorece valores importantes como la tolerancia hacia los demás y la capacidad de admitir errores.

El dialogo nos trae aprendizaje

Adquieres nuevas ideas y una visión más amplia cuando puedes alimentar tus observaciones con los argumentos de la otra persona que te acompaña en el dialogo. Puedes descubrir y crear enfoques compartidos

En lugar de buscar quién tiene la razón o quién está equivocado, se procura descubrir el significado oculto detrás de las opiniones que se expresan.

Para que un dialogo tome vida propia es importante que fluya, deja que las ideas vayan solas. Si te empeñas en mencionar algún dato, aquella anécdota que tenías en mente, dejas de escuchar y además cuando lo sueltes, vas a entorpecer la conversación. Si tenía sentido hace un minuto, lo más seguro es que ahora no lo tenga tanto. Deja ir esa ‘frase’. Ya volverá a surgir la oportunidad, o no. No importa.

Vemos que el diálogo es uno de los pilares de nuestras relaciones. Es a través de la palabra como nos ponemos en contacto con nuestra sociedad y nuestra cultura. Siempre es mejor dialogar porque se construye, preserva y enriquece nuestro círculo de apoyo, cultivar el dialogo no solo te lleva a situaciones entretenidas, sino que también es terapéutico. Te permite expresarte, escuchar y aprender de otros.