Claves fundamentales para el liderazgo de éxito
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¿Cuál es la clave de la motivación? ¿Qué mantiene comprometida a un equipo de trabajo? La experiencia que vive un empleado, en cualquiera de sus ciclos de vida laboral, dentro de su empresa es la clave que determina su compromiso con la misma, especialmente en todo lo vinculado con las relaciones humanas y, más concretamente, con los jefes. El comportamiento y actitud de los líderes es fundamental para el buen rendimiento del equipo
Hace casi más un mes, la empresa Equipos con Talento organizaba el Talent Day 2017, un encuentro destinado a dar las claves del futuro del trabajo que reunió este año a 750 asistentes y que fue trending topic en Twitter.
En muchas de las 10 mesas redondas que se celebraron en el Museo Reina Sofía, los directivos y CEOs de grandes compañías como LG, Sodexo, CLH y Altadis, así como los responsables de RRHH, de otras como Gas Natural Fenosa, Coca Cola, Seur, coincidieron en destacar el papel fundamental que tienen los líderes a la hora de no sólo atraer y retener el nuevo talento, sino de motivar a los empleados de siempre, de gestionar la diversidad generacional del personal y convertir a los trabajadores en embajadores de marca, atrayendo así nuevos potenciales clientes.
Pero ¿qué cosas incrementa ese compromiso con la empresa? ¿Cuáles son las palancas que usan los mejores líderes? Business Insider las ha identificado en un artículo:
Que los empleados se sientan valorados. Un buen líder implica a los trabajadores en las decisiones que toma la compañía o al menos “mide el ambiente” a sus opiniones en referencia a posibles cambios dentro del entorno. De hecho, según la opinión de Employee Experience, uno de los factores que determina cómo es la relación del empleado con su empresa está en cómo el trabajador se relaciona son su jefe. Por ello, recomienda, hacerles sentir que todo viene “apoyado, inspirado y promocionado desde la alta directiva”.
Recompensar el buen trabajo. La buena reacción de un trabajador pasa por saber no sólo valorar un buen trabajo, sino recompensar un buen resultado. En este sentido, se refuerza la idea de que el esfuerzo está siendo apreciado por la empresa, al tiempo que ayuda a impulsar factores como la creatividad, la innovación, la confianza y la productividad de los mismos.
Apoyo a la formación. Un buen líder debe saber entender cuáles son los puntos a potenciar dentro de cada individuo y eso pasa por irle otorgando aquella tarea que puede resultar motivante y en la que mayores resultados puede obtener. En este sentido, hay que ir“tomando el pulso” a cada miembro del equipo y marcar retos claros para ver cómo se los alcanza.
Consideración y empatía. No sólo hay que recompensar a quienes han logrado un buen resultado, sino también a aquellos que han fracasado intentándolo. Se debe comprender todo el proceso por el que se pasa durante la realización de una tarea, pues es parte de un refuerzo a su formación y del aprendizaje de la empresa sobre qué caminos no hay que seguir con el colaborador en cuestión. Así, se evita la frustración que puede generar ese fracaso en el individuo y en el resto de colaboradores.
Reforzar el sentimiento de equipo. Cuando se es responsable de un área es importante transmitir que, pese a ser jefe, se forma parte de un grupo de personas trabajando para conseguir un mismo fin. Alabar sinceramente el trabajo de otros crea “equipo” y revierte en un buen ambiente laboral, positivo, ameno y colaborativo.
Confianza para delegar tareas. Cuando un jefe delega una tarea o un proyecto a su colaborador, suelta las riendas del mismo, sin llegar a abandonar la supervisión o cuando éste necesite guia, herramientas u otro tipo de apoyo.
Alentar la toma de riesgos. Equivocarse, como decíamos anteriormente es una consecuencia clara de “haberlo intentado” y es la única forma de hacer avanzar al grupo con nuevas ideas. Por ello, hay que alentar a que los colaboradores tomen riesgos, apostando por estas, que sean, quizás, contrarias a algunos caminos que se los haya considerado en el principio. No obstante, es cierto que esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando se trata de invertir o esté en juego dinero real. Sin embargo, el fomento de la toma de riesgos puede ser una de las maneras más eficaces de demostrar que un empleado es valorado. Teniendo en cuenta en todo momento que las cosas son posibles sin miedo pero con cuidado.
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